"Una audaz obra metacinematográfica que se pregunta por el arte de representar y el lugar del director (...) Dupieux se mueve entre (...) ficción y ficción, con un tono cómico que mezcla lo burdo y loco con una intensidad verbal nada sencilla."

Elsa Fernández-Santos: Diario El País

"Un divertido y desenfrenado delirio tan ocurrente como oportuno (...) algo melancólica y completamente absurda (en el mejor y más disfrutable de los sentidos) (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)"

Luis Martínez: Diario El Mundo

"Puede parecer un divertimento, pero su endiablada, milimétrica estructura narrativa (...) esconde el poderoso talento de un cineasta que, en su infinita inventiva, es capaz de terminar su deliciosa película con el tercer acto más godardiano del cine reciente."

Sergi Sánchez: Diario La Razón

"Alarga algunos gags hasta que pierden fuerza (...) pero Dupieux siempre llega con algo inesperado, que sorprende en su modo de deshilachar lo razonable y que, con un poco de voluntad por parte de este lado de la pantalla, incluso puede resultar ingenioso y gracioso"

Oti Rodríguez Marchante: Diario ABC

"Una comedia socarrona que demuestra que el cine puede mejorar la realidad (...) es más compleja de lo que parece (...) nos lleva a una de las grandes reflexiones en torno a la representación cinematográfica y si ésta puede representar lo real."

Pepa Blanes: Cadena SER

"Entra el Dupieux más desafiante, mezclando la película que se filma con la que nosotros hemos ido a ver de forma tan hábil que continuamente interpela y descoloca al espectador (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)"

Jordi Batlle Caminal: Diario La Vanguardia

"Es una comedia francamente divertida que, además, en sus últimos compases se las arregla para representar, con un simple gesto, por qué vale la pena salvar el cine. El cine hecho por humanos, se entiende. (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)"